Varios años después de su viaje por las regiones tropicales de América (1799-1804), Alexander Von Humboldt publicó en París entre 1816-1831 su obra más relevante: los trece tomos de VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE. En ellas sintetizó en forma extraordinaria la variada geografía tropical del Nuevo Mundo. Describió detalladamente la forma como la vegetación que crece en los valles, las llanuras, las altas cumbres andinas reflejan las distintas condiciones de temperatura, humedad y suelo a que está sometida, a la vez que procuró explicar en ciertos casos la existencia y en otros la ausencia de semenjanzas y paralelismos con la vegetación de las regiones Templadas de Europa.
Andariego infatigable, Humboldt vino América impulsado por
su espíritu aventurero y su pasión por comprender los fenómenos de la
naturaleza. No es fácil imaginarse el mundo desconocido que encontró el
naturalista por aquellos teimpos, al escalar montañas y descender a los valles,
al atravesar llanos, vadear enormes ríos torrentosos o navegar por ellos para
penetrar al corazón de las selvas. Antes sus ojos, Ámerica debió de ofrecérsele
virgen y misteriosa y esta visión alimentaba a cada paso su curiosidad, frente
a una infinidad de plantas, animales y accidentes geográficos que parecían
estar a la espera de que la ciencia los incorporara a las enciclopedias y a los
tratados de botánica, zoología y geografía.
Año1806
Año1857
Año1850
Selva amazónica río Casiquiare.
Año1810
Volcán del Chimborazo