El día se inicia con una taza de café. Descubierto por casualidad (La leyenda del descubrimiento del café), se ha convertido hoy en una de nuestras drogas cotidianas. Por encima de las cinco tazas diarias, se torna peligrosa.
La historia del café en Europa y en especial Inglaterra se remonta al siglo XVII, en aquella época los ingleses eran verdaderas adictos al café, su afición por el té vendría más tarde, a raíz de la colonización de la India.
La discusión sobre los efectos benéficos o malignos del café enfrenta desde hace tiempo a médicos y biólogos. Otras sustancias diferentes a la cafeína entran en su composición. Como el Ácido Clorogénico de poca toxicidad pero con acción estimulante sobre el sistema nervioso, circulatorio y respiratorio. Así, la vitamina PP, particularmente activa en la eliminación de los productos de degradación del alcohol. Así mismo el potasio y el sodio muy útiles para nuestro organismo.
Con el café descafeinado se ha considerado como una solución al problema de la toxicidad del producto; porque algunos disolventes químicos como: el tricoretileno, reduce a 0,1% de la presencia de la cafeína.
Por encima de los quinientos miligramos de cafeína o sea de cinco a siete tazas de café, nos arriesgamos a acostumbrarnos. Pero la dosis mortal se situaría en las cien tazas que es alrededor de cuatro paquetes de café al día.
El café como alimento no tiene ningún valor nutritivo, pero toda cultura tiene necesidad de estimulante al mismo nivel que las especias, el alcohol, el tabaco o la marihuana. Al estimular la secreción estomacal de ácido clorhídrico, hace perder el apetito y es un opio en las sociedades de confort. El Instituto de investigaciones microbianas de Osaka Japón en una investigación han trabajado sobre el modo en que el café frena los mecanismos de reproducción celular y, por vía de consecuencia el desarrollo del cáncer como son los quistes mamarios y los tumores benignos.
Pero no todo es malo por ejemplo, la cafeína favorece la actividad neuronal. El café es por tanto un estupefaciente que actúa directamente sobre la proteínas de las células nerviosas.